dilluns, 13 de desembre del 2010

Reparación de tejidos y dolor

para todos los padecientes que sufren el dolor y acarrean esa terrible pesadilla de la cual es normalmente complicado salir, os adjunto literalmente una entrada en un blogg, del dr Arturo Goicoechea, neurólogo vasco, gran estandarte español sobre neurofisiologia del dolor, donde explica como funciona este proceso de reparación tisular y su influencia sobre el dolor.
vale la pena destacar que esta visión del dolor es bastante novedosa y esta fuertemente respaldada por evidencia científica.

Juan Carlos Vargas
fisioterapeuta


Reparación de tejidos y dolor


Todos conocemos la evolución de una herida superficial. Una vez eliminado el agente o estado destructivo y en ausencia de infección, sentimos dolor espontáneamente sólo en su inicio. Después, si la dejamos en paz, la zona inflamada es indolora. En unos días podremos comenzar a utilizarla normalmente a medida que los signos inflamatorios (hinchazón, calor, enrojecimiento) van atenuándose. La inflamación ha dejado paso a las fases de proliferación celular y remodelación de tejido cuyo objetivo es el de recuperar la función evitando riesgos.


El dolor sólo tiene sentido biológico (celular) en la fase inicial de reparación de la destrucción violenta de los tejidos. Las células destruidas liberan señales que activan las respuestas defensivas características de la inflamación. Entre ellas la sensibilización de las terminales de los nociceptores, las neuronas encargadas de detectar nocividad, muerte celular violenta, es decir, necrosis (consumada o inminente).


La reparación de tejidos dañados incluye siempre tres fases solapadas, necesarias: inflamación, proliferación y remodelación. Cada una de ellas prepara la siguiente a la vez que se autodifumina. La inflamación se autodesinflama mientras ha disparado la proliferación celular regenerativa y la proliferación celular se autoapaga dando paso a la remodelación del tejido reparado.


Si todo va bien, no tiene por qué doler más allá de unas horas si dejamos en reposo la zona inflamada.


Un infarto de miocardio duele al principio para dar la voz de alarma y para limitar la actividad mientras se dan los pasos para eliminar restos celulares y organizar un tejido provisional mínimamente resistente.


El dolor tiene sentido sólo cuando algo está destruyendo o acaba de destruir tejidos. La percepción de frío sólo tiene sentido cuando la temperatura está baja, la de hambre cuando necesitamos reponer energía, la de sed cuando falta agua...


Existe el frío, calor, hambre y sed crónicos, innecesarios, disfuncionales. Sostienen el mercado de las prendas de abrigo, helados, aire acondicionado, abanicos, restaurantes, refrescos. Sorprendentemente, no hay terapias (fármacos, agujas, homeopatía, "remedios naturales"...) para aliviarlos.


El dolor crónico tiene un status especial aun cuando nada lo justifique. Cualquier incidencia aguda, física o psíquica, con o sin resultado de daño celular violento, puede dejar abierto el programa cerebral que lo proyecta a la conciencia. No hay inflamación, el daño está ya reparándose, puede que se esté ya incluso en la fase final de la remodelación, en la que viene bien la actividad normal, el estrés mecánico necesario pero el dolor sigue ahí como un disco rayado, orbitando sobre el individuo.


A los padecientes la persistencia del dolor les sugiere que hay algo activo allá donde duele. Los profesionales comparten la opinión y aplican sus terapias para desinflamar tejidos no inflamados (previsiblemente ya remodelados), reorganizar equilibrios y humores desestabilizados, recolocar tabas óseas y relajar músculos contracturados. Si todo falla siempre podrá desdecirse uno de lo dicho y convertir el lugar dolorido (hasta ese momento supuestamente inflamado) en lugar curado desviando el problema al limbo de "lo psicológico".


- Hemos estado dos días sin calefacción, durante la helada. Ya no he vuelto a salir del frío. Me han dicho que es crónico. Dicen que la temperatura de la casa es normal pero YO sigo sintiendo frío...


El problema de las heridas internas es que no las vemos. Sólo podemos imaginarlas... en base a lo que nos han enseñado a imaginar...


- YO sólo sé que me duele...


- ¿Qué imagina?


- YO no imagino nada... me duele...


No existe la no imaginación. Es inútil negar lo innegable. Puede que no seamos conscientes de lo imaginado. Puede que esté automatizado y sea puro ronroneo, ruido... pero no es bueno acostumbrarse a dar por sentado algo, por aparentemente obvio...


- No me parece normal que me duela la columna. La tengo que tener mal, necesariamente...


- Puede que esté usted equivocado. Puede que sean sólo imaginaciones suyas, perdón, de su cerebro...


- ¡Nada de eso! YO no imagino nada. Tengo la columna mal, lo suficientemente mal como para explicar el dolor...


Dolor no es igual a daño. Dolor no es igual a daño. DOLOR NO ES IGUAL A DAÑO...


Dolor es igual a evaluación cerebral de amenaza... a veces correcta, a veces equivocada.


Los tejidos dañados se reparan. Se inflaman, se desinflaman, acuden brigadas de células a proteger, reparar y remodelar el daño, recuperar en lo posible la función. Puede que el resultado no sea siempre óptimo pero el dolor habitualmente no indica la calidad de la reparación sino cómo imagina (teme) el cerebro que puede haber quedado aquello y qué peligro tiene el que el individuo quiera utilizarlo como si nada hubiera pasado...


La Evolución es un proceso chapucero. Se apaña con lo que hay y no siempre acierta en cada individuo con la medida de sus recursos y con los tiempos que le toca convivir. Es lenta, demasiado lenta... pero hay algo más chapucero aún que la Evolución biológica: la Evolución cultural. También tiene que apañarse con lo que hay... con lo que dicen los expertos...


Puede que sea demasiado rápida en adaptarse a los tiempos cambiantes... a la oferta y la demanda

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